Biotecnología para tod@s


Todo comienza con un campesino norteamericano,setentón oriundo de Indiana, el señor Bowman. Este campesino tras haber comprado durante muchos años la semilla genéticamente modificada de Soya producida por Monsanto Co.1 comprueba cómo la labor de “desmalezar” se ve seriamente disminuida por la tolerancia de la planta modificada al glifosato (un potente herbicida; por cierto el mismo con el que se fumigan desde aviones los cultivos ilícitos en las selvas colombianas2.)   y es así cómo decide continuar utilizando siempre la mágica pepita. 

Un hermoso día de sol en Australia. Esto no es soya pero sí algodón transgénico.
¿Qué pasa con las semillas GM de Monsanto? Los biotecnólogos de esta multinacional, encontraron la manera de introducir en el genoma de la semilla una secuencia de ADN que otorga resistencia al herbicida. Este proceso, que debió ser carísimo y llevar muchos años en desarrollarse en los laboratorios de la compañía, está protegido por la ley de patentes estadounidense. Siguiendo la lógica básica de cualquier gran compañía como lo es Monsanto el lucro debe ser CONSIDERABLEMENTE mayor a la inversión sin importar las implicaciones. La sencilla ley “del fin justifica los medios”. Por esta razón Monsanto hábilmente decide que para recuperar su inversión y seguirse enriqueciendo, no sólo vende las semillas modificadas a precios altísimos sino que también vende el herbicida particular con el que se deben fumigar éstas para eliminar la competencia de otras plantas. Pero el lucro debe sellarse con estampa de acero y es por esto que la compañía, además, obliga a los usuarios de esta semilla a firmar un documento en el que los comprometen a lo siguiente: NO pueden almacenar estas semillas, NO pueden usar los productos de la cosecha de estas semillas para sembrar nuevamente y NO pueden regalar o comercializar a su vez las semillas. 

Durante muchos años el señor Bowman (siguiendo al pie de la letra las condiciones impuestas por los magnates) compró la semilla de Monsanto a su distribuidor local, firmó el documento, sembró la semilla modificada, fumigó con Roundup, cosechó su soya transgénica y vendió su cosecha al granero local. Hasta este punto, todo legítimo. Un día, por esas vueltas que da la vida, al señor Bowman se le ocurrió que para la segunda cosecha del año (más riesgosa que la primera) no iba a comprar la semilla a su distribuidor, sino que iba a ir al granero, e iba a pedir que le vendieran soya, y así su bolsillo no iba a sufrir tanto (por que claro, la semilla de Monsanto es carísima, y en el granero venden el producto de las cosechas a un precio menor, mucho menor). El problema fue que la soya que le vendieron a Bowman iba en un costal marcado con “alimento para ganado” y no en uno que dijera “semilla de soya”. 

Resultó ser que lo que había comprado Bowman era en gran parte descendiente de la semilla transgénica de Monsanto, digamos por practicidad, la segunda generación. Estas pepitas, como hijo de tigre, salieron pintadas- claro- y también eran resistentes al Roundup.  Esto, pues, fue un descubrimiento fantástico para el señor Bowman, ya que no tuvo que firmar más el desdichado compromiso y se ahorraba unos buenos dólares en cada cosecha. Esto, por supuesto, no le gustó a los de Monsanto, y lo demandaron. ¿Por qué? Según los abogados de la compañía, no sólo se tenía que abstener el agricultor de sembrar lo cosechado a partir de sus semillas Roundup Ready sino que no podían nunca usarse los descendientes de éstas para sembrar por que la resistencia está ligada al genoma de la semilla, lo que la hace auto-replicante. Palabras más palabras menos: la soya producida por estas semillas debía ser sólo para consumo animal por los siglos de los siglos, y jamás volver a ser sembradas, ignorando por completo el ciclo natural de la plantica. 

Para los interesados, la versión del caso según La revista Time: http://ideas.time.com/2013/02/18/is-it-a-crime-to-plant-a-seed/?xid=newsletter-ideas)

El dilema jurídico se resolvió fácilmente en primera instancia. Bowman perdió y fue obligado a pagarle a Monsanto la módica suma de 85000 dólares. Bowman apeló y en esas están. 

El efecto que la resolución de este conflicto pueda tener en el mundo de la agricultura es inmenso. Los abogados de Monsanto anotan que en el caso de que la Suprema Corte de Justicia de Los Estados Unidos emita una resolución favorable para Bowman, los inversionistas se verían en una posición supremamente incómoda para invertir en investigación biotecnológica, ya que no van a poder vender los organismos vivos que llevan sus inventos en la información genética. Esto es cierto. No puedo estar más de acuerdo con ellos, PERO la connotación de lo anterior no es negativa, no si el interés no es enriquecer a unos cuantos sino usar la biotecnología para favorecer a la humanidad, como herramienta de desarrollo. La lógica inversa de cualquier compañía típicamente promotora de desigualdad en donde se reparte mucho capital, EXCESIVO capital, en unos pocos, MUY POCOS. 

Algodón transgénico 74BRF de Sicot (Roundup ready Cotton)
En caso de ganar Bowman, los inversionistas podrían dejar de ser privados (magnates con interés de engordar aún más sus billeteras) y podrían ser países u organizaciones multinacionales que den rienda suelta a investigaciones para el desarrollo de cultivos inteligentes sin restricciones como las de Monsanto. Si la tecnología Roundup ready logra ahorrar tanto trabajo y combustible a los agricultores que la usan como está anunciado en la página de Monsanto ¿por qué no permitir que sea usado por campesinos y agricultores pobrísimos  latinoamericanos con financiaciones estatales y sin freno a la resiembra? ¿Por qué no desarrollar otros transgénicos que contribuyan a la mitigación del hambre y la desnutrición en países en vía de desarrollo con financiación estatal? Esperemos que por una vez el poder de la multinacional no trabaje sobre las conciencias de la SCOTUS, y que los beneficiados con este proceso legal seamos muchos millones, y no unos pocos millonarios.




2. acá una interesante tesis donde se aborda el problema http://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/politica/tesis53.pdf

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