Bienestar, desarrollo y educación


Durante años creímos que el bienestar estaba ligado únicamente al desarrollo económico; hoy nos damos cuenta de la mentira en la que andábamos...
Hablar de bienestar social es complejo, especialmente cuando el contexto del país en cuestión está tan salpicado de injusticia y de violencia, tal como es el caso de nuestro país. Sin embargo, Colombia no es el único país que ha sufrido largas guerras, tampoco es la única república en el planeta con tan altos índices de desigualdad social. No somos un país cuyos alarmantes niveles de corrupción carezcan de precedentes en la comunidad internacional. Este país, Colombia, no está maldito, ni sus ciudadanos son intrínsecamente malvados, corruptos, violentos o ambiciosos. Los males que acongojan a Colombia son males que han existido en la historia de la humanidad, con los que muchos países han tenido que lidiar. 

Muchos países han logrado superar los flagelos que azotan a Colombia. Numerosas sociedades han superado problemas serios, como la guerra, la desigualdad, el hambre, el analfabetismo, la mortalidad infantil o la violencia de géneros. La historia nos muestra que todos los obstáculos que se atraviesan frente la civilización humana pueden ser superados, y esto es una gran noticia; ¿pero, cómo exactamente se han de superar estos obstáculos? Bueno, ahí es donde la academia juega un papel determinante en la historia de la humanidad. 

Por medio de la acumulación de conocimientos y de experiencias, los seres humanos hemos logrado organizarnos en estructuras asombrosas capaces de hacer frente a casi cualquier inconveniente. Aprendimos hace miles de años que para crear un futuro mejor que el presente era menester recopilar la información del pasado, y transmitirla de generación en generación, con las herramientas de juicio suficientes para determinar dónde estábamos fallando y dónde triunfando. Gracias a estas estructuras del conocimiento nuestras vidas han mejorado y el presente es mejor, mucho mejor, en muchísimos aspectos al pasado, pero hoy la humanidad se encara a un reto asombrosamente complejo: el cambio global ambiental. 

El cambio ambiental global es consecuencia de muchos factores: la sobre-explotación de los recursos naturales, el altísimo consumo y dependencia de combustibles fósiles no renovables y la sobre-población humana, entre tantos otros. Aunque no sea evidente a primera vista, el problema ambiental que estamos viviendo es causante de muchos de los inconvenientes sociales que mencioné anteriormente. 

Apatía y antipatía tienen que dejar de ser las actitudes frente a los complejísimos problemas sociales y ambientales a los que nos enfrentamos
La sobre explotación de los recursos naturales ha dejado millones de hectáreas de tierras (anteriormente fértiles) inservibles para la agricultura o la ganadería, forzando el éxodo de familias campesinas hacia las ciudades, alimentando los índices de desempleo y aumentando la densidad poblacional urbana. A su vez, la disminución en la disponibilidad de tierras cultivables ha empujado la frontera agrícola hacia las selvas, aumentando así la explotación de los recursos, incrementando la liberación de gases con efecto invernadero a la atmósfera. Esto genera incrementos en los costos de los alimentos, debido , además, a una demanda siempre creciente (por una población creciente). Para compensar los elevados costos de producción de alimentos, se industrializa la agricultura, desarrollando máquinas que puedan disminuir los costos operativos de los humanos, y beneficiándose de economías de escala, produciendo alimentos en monocultivos cuyas extensiones se miden en cientos (o incluso miles) de hectáreas. Por supuesto, estas máquinas no solo reemplazan al trabajo de los campesinos (dejándolos desempleados, y aumentando la desigualdad económica y social) sino que además demandan combustibles fósiles para su funcionamiento, contribuyendo al problema del cambio global. 

Como vemos, durante años, la agricultura y la conservación del medio ambiente han sido antagonistas en un planeta cuyo principal afán ha sido el desarrollo económico. Sin embargo, esta es una aproximación muy incompleta al problema del desarrollo. Bajo una perspectiva más integral e incluyente, la biodiversidad, la agricultura y la conservación medioambiental son componentes claves del desarrollo humano. Al hablar del desarrollo humano, hablo de una categoría más incluyente que el desarrollo económico per se. El desarrollo humano no solamente tiene en cuenta los factores económicos inherentes a una sociedad, sino también el nivel de educación, acceso a salud, recreación y bienestar social. Las experiencias recopiladas por cientos de países en los últimos decenios nos han enseñado que los objetivos de desarrollo de los países no se pueden limitar al tema económico únicamente. 

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Estas experiencias recopiladas también nos han enseñado que la salud de los ciudadanos está estrechamente ligada a la calidad medioambiental de su entorno. Hemos aprendido, que los valores nutricionales de nuestros alimentos están directamente relacionados a la calidad de la tierra y los insumos utilizados en su producción; agua limpia, aire limpio y tierra fértil son garantías de comida nutritiva. La experiencia nos ha enseñado que cuando los alimentos son de primera calidad, producidos en ambientes saludables, los ciudadanos gozan de buena salud, y problemas de salud como diabetes, obesidad, y desórdenes genéticos o metabólicos reducen. Sabemos, entonces, que la conservación del medio ambiente y la biodiversidad son requisitos indispensables para garantizar la salud y el bienestar de los ciudadanos.

Es responsabilidad de nuestra generación darle solución a este gran problema del cambio global ambiental. Basándonos en las estructuras del conocimiento con las que hemos superado tantos problemas en el pasado, hemos comenzado a encontrar respuestas viables para este problema. En los últimos años se han desarrollado numerosas alternativas renovables a las fuentes de energía fósil, se han planteado soluciones biotecnológicas a limitantes ambientales de la producción de alimentos. Los avances en la investigación del urbanismo han producido soluciones viables a los inconvenientes de alta densidad poblacional en las ciudades, y desde múltiples perspectivas se ha abordado el tema de la conservación medioambiental y la protección de la biodiversidad, especialmente por la vía más importante: la concientización. 


Somos cocientes que hay que cambiar, pero hace falta un esfuerzo de investigación que arroje los aspectos puntuales en los cuales podría estar sustentando el cambio ambiental que definitivamente le dé un nuevo rumbo a el clima, la biodiversidad y el desarrollo del planeta. Para superar el problema del cambio global tenemos que montarnos en el tren de la educación. No hay de otra. Espero que comprendamos que la investigación y la innovación son las herramientas que nos pueden sacar de este difícil problema en el que nos hemos metido por miopes. Ojalá el debate alrededor de la educación que se está llevando a cabo en este momento en Colombia no se quede en los medios, sino que sea el impulso de un cambio estructural real de nuestro precario modelo de educación. parafraseando al gran Han Solo hace 40 años: "May the force be with us". 

Estudiar, el único camino que nos queda. 

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